lunes, 9 de enero de 2017

¿CON LICENCIA PARA ENVENENARNOS?


¿CON LICENCIA PARA ENVENENARNOS?

No contento con el incendio a lo bonzo que significó la tapa del anuario 2016, donde descontextualizó al Indio con alevosía, el editor de la Rolling Stone volvió a la carga. Su nuevo brulote profundiza el papelón al que lo condena su daltonismo ético.
Entre otros disparates que lo consagran como el sargento Chirino del periodismo local, Juancito Ortibelli —ex empleado del mes de ese local de fast food de los Mitre—, dice que el Indio le pidió a ellos una nota. Lo cual, en caso de ser cierto, constituiría una ocasión histórica, dado que ni Los Redondos ni el Indio pidieron una sola nota en cuarenta años de tarea artística. Pero, tratándose de Ortibelli, está claro que lo que dice no puede —porque no suele— ser cierto.
La negociación que derivó en la entrevista que acabaría en el anuario se inició el 12 de septiembre de 2016, cuando Julio Sáez, manager del Indio, recibió el siguiente mail:



Hola Julio, ¿cómo estás? Te escribe Bruno Larocca, periodista.

Con motivo a los 30 años de la salida de 'Oktubre' que se cumplirán en los próximos días, en Rolling Stone estamos preparando una nota especial sobre lo que fue la realización del disco. La idea del texto que saldrá en la edición de octubre y estamos cerrando es hacer un retrato de la época con las voces de los protagonistas. Hemos leído en varias notas que el sonido de ese disco no es del agrado de Indio, tenemos algunos testimonios de archivo, pero nos gustaría tener una mirada, comentario o parecer más actual sobre un álbum que con el tiempo se ha convertido en un clásico del rock argentino. ¿Habrá posibilidad de que Indio nos escriba aunque sea una simple línea sobre lo que significa 'Oktubre' para él o cualquiera mención que quisiera realizar?


Un saludo 

Bruno Larocca

En respuesta a ese mail, El Monje Libertino les envió la siguiente nota:

Todavía cargaba con algunos periodistas amigos cuando, como expertos, sugirieron a sus patrones que sus salarios no se correspondían con sus conocimientos. Más rápido que ligero casi todos ellos fueron reemplazados por jovencitos ambiciosos e ignorantes que cobraban en prestigio y migajas de poder que usaban para tener bajo su pulgar a los artistas mediocres.
¡Pero llegó la Caballería a poner las cosas en su lugar! Arribó la legendaria Rolling Stone y tipos como Rosso y Kleiman continuaron escribiendo desde la ROCK  CULTURA mientras, así también, nos informaban que la tía del baterista de la banda secundaria de Robbie Robertson se llamaba Cindy.
En cuanto a mí relación… no comenzó con buen pie. Me llegó el momento TAPA y en el mismo, una discusión a ventanilla cerrada sobre la foto que ilustraría el portal de entrada. El Staff casi unánime defendió la estética tradicional de la revista en el mundo. Por mi parte, ni en pedo iba a posar desnudo sobre una colcha color obispo o disfrazado de Bolívar.
Gracias a la buena voluntad de la redacción y a mi sangre vaska prosperó mi postura y vi multiplicada en las bancas de revistas la peor tapa en la historia de la Rolling Stone. Mi cara desdibujada por la ampliación de una foto nada profesional y gritando como un energúmeno.
Bueno… Pero aquí estamos todos todavía y hasta hace poco contaba yo con el record de tapas. No sé si todavía eso es así. De cualquier manera, creo, todavía merezco alguna más.
Aquel abrazo.
En nombre del Indio,
                  El Monje Libertino

Colgándose del comentario del cierre ("Todavía merezco alguna más", valoración que nadie en su sano juicio puede discutir), Ortibelli aprovechó para ofrecer la nota de tapa del anuario. Que el Indio concedió a regañadientes, como se desprende del siguiente intercambio de mails con Sáez.

Julio Sáez: Dear Charles, ¿qué día te parece que haga venir a la gente de RS? ¿El viernes por la mañana? Sólo dos personas.

Indio: OK. Pero supeditado todo a mi estado de ánimo. Las pastenacas me ponen en situaciones incómodas. Me emociono, me enojo desaforadamente, tengo bastantes momentos de hiperkinesia, etc. etc. etc. A partir de ahora, quien llame debe estar dispuesto a hacer la entrevista por internet. Me envía las preguntas y yo respondo por misma vía. Si no paz y amor, pero el beso será siempre futuro.

Todo este 'yo dije / él dijo' se pone en el contexto adecuado cuando uno se formula las siguientes preguntas: ¿a quién le conviene más que el Indio aparezca en tapa: al Indio o a la RS? ¿Necesita el Indio de la RS para vender más entradas o más discos? ¿Qué descubriríamos si viésemos la secuencia histórica de lo que vende la RS cuando aparece el Indio en tapa, comparado con el resto de sus ediciones? O sea, del modo más cartesiano posible: dada esta realidad, ¿quién le pediría una nota a quién, según indica la lógica más elemental?

No todas las relaciones de la vida se resuelven a los golpes, Ortibelli. Por mucho que el daltónico insista, lo que dice verde no será verde: es rojo.
            Se está superpoblando el Cielo de los Nabos.

PD: Más piensa uno, más nítidas aparecen ciertas postales del pasado. Como la crítica de la RS a uno de los discos del Indio donde se alaba el slap del bajista, cuando se trataba de un sonido de bajo tocado en un teclado Roland de lo más berreta. O el intento de traducir las letras "en inglés" del Indio, cuando se trataba de palabras sueltas dichas en un inglés digno de Sanatalandia.
            Jugar a Greil Marcus cuando no da el piné más que para chimentero de TV puede ser dañino para la salud.
Indio y Marcelo Figueras

3 comentarios:

  1. En mi humilde opinión Indio debería haber cumplido con lo de no dar notas, menos a este tipo de revistas.

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    1. Totalmente de acuerdo. Creo que Carlos, inocentemente, volvió a confiar en un medio y lo decepcionaron de nuevo. Creo que va a ser mejor que se quede con las radios donde solo puede juzgarse lo que dale de su boca. No es la primera vez que le pasa eso. Pero no sorprende viniendo de una gran franquicia de revistas de "rock" (¿?). Igual me sorprende que con la mala experiencia que tuvo el Indio antes, donde pasó algo parecido, y siendo una revista tan conocida, cómo es que no le dicen antes al artista cómo va a ser o qué va a decir la tapa. De todas maneras derraparon muy mal en poner esa frase que se puede interpretar como algo soberbio y en realidad no lo era.

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  2. Jugar a Greil Marcus cuando no da el piné más que para chimentero de TV puede ser dañino para la salud.

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